Tequilero pintado a mano

Pedro Vargas creció inmerso en la rica tradición artesanal de Guerrero, observando con admiración cómo su abuela tallaba la madera para uso propio y para vender a otras personas. Con el tiempo, Pedro heredó estas habilidades ancestrales, convirtiéndose en un consumado artesano respetado por su destreza y creatividad.

La artesanía en su familia es una verdadera empresa familiar, especializada en productos de madera. Cuatro miembros de la familia trabajan juntos para crear salseras, tablas para picar y esculturas detalladas de jaguares y peces. Primero seleccionan la madera de Guamuchil, la aserran en tablones y la dejan secar. Según el tamaño de la pieza, cortan el tronco y comienzan el proceso de tallado.

Pedro aprendió a trabajar la madera gracias a su abuela, quien le enseñó a respetar la naturaleza del material y a transformar cada tronco en una obra de arte. Juntos buscaban la mejor madera y utilizaban técnicas tradicionales para crear piezas únicas.

Pedro se inspira en las escenas cotidianas de su comunidad: bodas, festejos, la siembra y la pesca. Plasma estas historias en sus creaciones, añadiendo un toque de magia y autenticidad a cada pieza que elabora.